En 1980, en Israel, una cripta de 2 000 años de antigüedad que albergaba diez osarios fue descubierta por casualidad durante importantes trabajos de construcción en Talpiot, barrio del sur de Jerusalén.
“Los nombres grabados en algunas tumbas son asombrosos: Yehoshoua Ben Yossef (Jesús hijo de José), Yehuda Bar Yehoshoua (Judas hijo de Jesús) y Mariamene e Mara (nombre atribuido a María Magdalena), pero, según los arqueólogos enviados entonces al lugar, se trataba de una simple coincidencia.
“En el documental producido por James Cameron titulado La tumba de Jesús (título original en inglés: The Lost Tomb of Jesus), Simcha Jacobovici y Charles Pellegrino demuestran que se trata, sin duda, de la tumba de Jesús. Sustentan su tesis en la pericia de investigadores de renombre mundial, confrontando arqueología y teología, evangelios canónicos y textos apócrifos, análisis estadísticos y pruebas de ADN.
“Sus conclusiones, por perturbadoras que sean, arrojan nueva luz sobre la existencia de Jesús y reconstruyen el recorrido de los primeros cristianos.” (fuente: Wikipedia)
Por asombroso que parezca, las autoridades israelíes, en lugar de convertirlo en un acontecimiento mundial, se apresuraron a cubrir la tumba con una losa de hormigón y prohibieron el acceso.
