La maqueta de la Pietà

Como toda buena historia, todo comenzó cuando una persona encontró en una caja polvorienta de su desván los fragmentos de una estatuilla dañada…

Y resultó ser, tras un largo trabajo de restauración, que aquella estatuilla era la auténtica maqueta de la Piedad de Miguel Ángel…

Además, revelaba las verdaderas intenciones de su autor, las cuales fueron anuladas por el Vaticano por considerarse inapropiadas para la religión católica.

¿Pero qué escándalo intentaba ilustrar esta escultura?

Se dice que Miguel Ángel fue un fiel estudiante de la sabiduría gnóstica, y que, a pesar de la peligrosa época de la Inquisición, intentó impregnar sus obras con esa sabiduría prohibida, considerada herética y perjudicial para el orden establecido por la Iglesia.

Desde su inauguración, un debate giró en torno a la edad de la madre de Jesús, quien evidentemente parecía tener unos veinte años en lugar de cincuenta… Miguel Ángel habría argumentado que el rostro de María debía ser joven para representar la juventud eterna y la pureza…

Con la restauración de la maqueta finalizada y su autenticidad demostrada sin lugar a dudas, los expertos notaron rápidamente que esta maqueta incluía un personaje adicional… claramente, el cuerpo de un CUPIDO, con la correa de su carcaj claramente visible.

Este detalle desconcertante arrojó una nueva luz completamente inesperada sobre la obra, ya que en aquella época ese símbolo, utilizado en el arte (y a menudo por el propio Miguel Ángel), representaba el amor entre dos seres.

Artistas digitales no tardaron en escanear la maqueta dañada y completar la obra, recreando el brazo que faltaba y, por supuesto, la cabeza y las alas del cupido.

El resultado habla por sí mismo y es realmente extraordinario. Pero lo más extraordinario es que esta maqueta restaurada y reconstruida explica por qué Miguel Ángel esculpió un rostro tan joven para María… No debía representar a María, la madre de Jesús, sino a María Magdalena, la esposa de Jesús. Por lo tanto, no sorprende que el Vaticano de la época haya exigido que la escultura final fuera diferente…